Creo que vivir en una ciudad que apuesta fuerte por la bicicleta no es solo suerte, sino un privilegio. Es realmente esperanzador ver el éxito que ha alcanzado en Barcelona el fenómeno “Bicing”.
Una vez dicho esto, tengo que añadir que el “Bicing” no es para todo el mundo, al menos, no para mi. Yo prefiero un millón de veces usar mi propia bicicleta de paseo preparada a mi gusto que las bicicletas que el ayuntamiento de Barcelona ha adquirido. No se me malinterprete, si fuera más fácil, quizás lo llegase a usar algún día en caso de apuro ( Esa es la idea), pero, ay! no, tampoco es fácil. Tienes que dar los datos bancarios, pagar una cuota anual, llevar tu tarjeta, encontrar bicis libres cuando te hacen falta...
Por ejemplo: el ayuntamiento de Barcelona se negó a instalar el Bicing en la zona universitaria alegando que el uso que harían de el los estudiantes colapsaría el servicio... Ok, lo entiendo, es un poco absurdo negar a un ciudadano un servicio que das a otro, pero puedo llegar a entenderlo.
Quizás una solución podría llegar a ser esta que han adoptado en algunas ciudades japonesas. Reconozcamoslo, si no robaran bicicletas, el Bicing no tendría mucho sentido, pues estoy convencido de que la gran mayoría de ciclistas prefiere usar su bicicleta que una de alquiler, digamos, no tan bonita...
Para mi al menos SI sería una alternativa.