En un principio parecía que iba a ser sencillo, pero como casi siempre, todo lo que podía salir mal salió mal.
Cosas que no se ven, como la tija estropeada por dentro a causa de algún salto. Bulones que al coger holgura se quedan soldados aunque parezcan estar perfectos, el desviador trasero inutilizado de algún golpe... En fin, los retos habituales de cada restauración, siempre diferentes, pero siempre allí.
Ha habido que rehacer las pegatinas.
Componentes Alfa y Olimpic...
Pura casta!