En varias ocasiones he comentado como hacer uso del
ácido oxálico para quitar el óxido de los cromados.
La verdad es que no solo sirve para el óxido, sino que también quita la mugre y la grasa...
Una cucharada o dos por litro de agua y un baño de 24 a 48 horas pueden hacer maravillas.
Hay mucha gente que prefiere el salfumán, sea directamente o
mezclado con agua y jabón liquido. Bueno, es un buen sistema para quitar el óxido, pero también se lleva el cromado y la pintura.
Y no digamos de la sosa cáustica, yo la uso con agua hirviendo y se lo lleva todo en segundos, pero es muy, muy peligrosa, si vais a usarla debéis hacerlo en el exterior con guantes de goma, mascarilla, gafas protectoras y mono de trabajo de manga larga aunque estemos a 40 grados.
El ácido oxálico es mucho más dócil y genera muy pocos gases, aunque es mejor usarlo en un lugar ventilado y no tocarlo directamente. Y no por eso es menos efectivo...
Vaya, vaya, debajo de la mugre aparecieron unos Notario...
Imaginaros que no queréis gastaros un dineral en cromados. Bien, si las piezas salen bastante limpias del baño de ácido oxálico veréis que no todas han quedado perfectas, eso es debido a que el cromado que ha sido comido totalmente por el óxido es insalvable, en ese caso recomiendo empapar un trapo en pintura de plata y pasarlo con cuidado por toda la pieza, de esta manera las zonas sin cromo y por tanto más porosas, absorberan la pintura, mientras que las zonas que aún están cromadas no la absorberan tan rápido y la podréis sacar del cromado, dejándola en la zona oxidada.
La parte trasera de la biela a la que va el plato estaba bastante mal.
El resultado no es espectacular, pero da el pego y mejora sustancialmente el aspecto de muchas piezas sin necesidad de cromarlas.