domingo, 9 de mayo de 2010

Esbelta

Si anteriormente le tocó a Gimson, hoy le toca a Esbelta.
Esta marca de bicicletas, originaría de Barcelona, acabó fusionándose con Gimson. No es que se vean muchas por ahí, pero comparten con las anteriores una estética elegante y ligera, de hecho la única diferencia notable entre ellas era la ausencia de  la estrella del racor frontal de la Gimson.
No ha sido tarea fácil, hay muy poca información y la que encontré era poco fiable.
Pero he jugado un poco a ser Sherlock Holmes y  con paciencia y una lupa creo haber resuelto el misterio.



Las podéis encontrar aquí...

viernes, 7 de mayo de 2010

Gimson

Ha costado un poco pero al fin he podido rehacer un juego de calcas de la marca Gimson. Ha sido gracias a la inestimable y desinteresada colaboración de Ininbita , quién tuvo la oportuna idea de fotografiar detalladamente y desde todos los ángulos posibles la Gimson que el recuperó. 
Hacía tiempo que iba detrás de esta marca y os preguntareis porqué. Bueno el motivo es que los hermanos Gimbernat eran de Figueres y allí es donde instalaron su fabrica... Pues bien, he pasado casi todos los veranos de mi vida en Roses, ignorando que justo al lado se hacían bicicletas tan bonitas!
Por eso cuando me enteré (Como casi todo el mundo, pensaba que eran inglesas) me sentí un poco en deuda con esta marca. Las bicicletas eran gráciles y artísticas, tenían un cubrecadenas en forma de ala y una gráfica moderna y potente, los fileteados eran delicados, nada que ver con los toscos trazos de algunas BH y Orbea. Sus sillines de cuero marcado eran relmente elegantes y  además algunas partes del cuadro iban cromadas, cosa que en aquellos tiempos se veía en Italia y Francia, pero no por aquí.
Por si fuera poco después de la guerra civil, Gimson empezó a fabricar motocicletas, algunas de las cuales, como el modelo "Polaris" se hicierón muy populares y aún son apreciadas hoy en día.

Si os hacen falta...



Por cierto estoy inmerso en el proceso de recuperación de un juego un poco más antiguo y otro de la casa Esbelta, que, aunque originaria de Barcelona, acabó fusionándose con Gimson. 


domingo, 2 de mayo de 2010

The Cophenhaguen wheel

Por casualidad he descubierto lo que creo que puede ser el invento del siglo, o al menos el inicio de una nueva era en el uso de la bicicleta... ¿Por qué? Bueno, porque el motivo principal de mi “locura” por las bicicletas es el hecho de que es el único vehículo que multiplica la eficiencia humana sin necesidad de ninguna “ayuda” externa.
Hace unos pocos años empezaron a popularizarse las bicicletas eléctricas... Una idea genial y ecológica, aunque hubiera que recargarlas en la red, (cosa quizás no tan ecológica, ya que para crear esa electricidad también se contamina) pero, en definitiva, una muy buena opción para aquellos que aunque concienciados con el medio ambiente no quieren cansarse demasiado encima de una bici... Bueno, a mi no me gustaron demasiado, era como “hacer trampas”, como calcar en clase de dibujo. Por eso, cuando descubrí  "The Cophenhaguen wheel"



                                      
 pensé que estaba delante de una revolución, “The Cophenhaguen wheel” no usa ninguna aportación externa, solo la energía que tú mismo disipas en tu esfuerzo, es la “mejora” más natural que podría experimentar el invento de la bicicleta... Si además la combinas con tu “smart-Phone” puedes cambiar de marchas, bloquear o desbloquear la bicicleta, saber la previsión del tiempo, los niveles de polución, el estado del tráfico... Un sinfín de opciones... Es cierto que me molesta un poco que se haga publicidad descarada del I-Phone. A mi entender este debería ser un invento para todos, y el hecho de “exclusivizarlo” y convertirlo en objeto de moda o en un “must”responde a la “tontería” exclusiva del ser humano de: ”Soy mejor que tú porque llevo algo muy caro”. De todas maneras, pasó un poco lo mismo en los noventa con el auge de las “Mountain Bikes” y gracias a que convirtieron las bicicletas en objetos de moda, estas volvieron a las ciudades de las que habían desaparecido hacía tres décadas...