Han salido dos bicicletas más para el museo de
Orbea.
La más curiosa es la
Dolly.
He tenido suerte de encontrar la información en un catálogo que
Fabio, de
Anti-Óxido compartió generosamente en su día.
Al final hemos optado por salvar al máximo lo original. Mi compañero
Salva ha tenido que esmerarse con los cromados.
Y encontrar el mismo azul ha facilitado el retoque sin necesidad de volver a pintar toda la bici.
Pegatinas nuevas y ¡a rodar!
La otra ha sido una
Laser. En este caso he optado por desmontar, limpieza general y sustitución de algunos componentes, como,
cubiertas, cinta de manillar, cables y fundas, etc.
Estaba en bastante buen estado y las cicatrices del tiempo le favorecen.
Una curiosidad que aún no había visto nunca... Estas manetas de freno Universal...
Dos hijas pródigas más que vuelven a casa... ¡Por
Navidad!