Y como siempre, me planteaba: "Si algo no existe, hazlo tú!" Si, pero ¿Cómo?
Un buen día, después de mucho tiempo, años, para ser exactos, imaginando materiales, moldes, pidiendo consejo a diseñadores industriales, a maquetistas a amigos (nadie, por cierto, supo decirme "cómo"), se encendió una luz en mi cabeza... De repente el puzle cobró sentido y lo descubrí! No os podéis ni imaginar la alegría que me dió, creo que me puse a saltar como un poseso. Entendí perfectamente como se sintió Pitagoras cuando finalmente concibió su famoso teorema.
Ya solo faltaba encontrar los materiales...
Mejor con goma de uretano, pero el alcohol de la masilla debe haberse evaporado o no dejará "curar" la
goma...
Al fin! digno hijo de su padre si no fuera por el color...
Ahora si!!
Todavía quedan algunos detalles técnicos como la dureza de la goma y el tiempo exacto de desmolde, pero muy pronto podré ofrecerlas en mi tienda. Nunca más una Zeus con gomas ajenas!
Superar retos como este, que para otros pueden parecer ridículos es uno de los motivos que me mantienen curioso, cabezota y expectante. Que nunca nos falte un buen reto, un porqué o un cómo.