Hace unos meses se puso en contacto conmigo Jon Gantxegui, de
Orbea. Después de cruzar unos mensajes me dijo que alguien de marketing se pondría en contacto conmigo... Y así fue!
Los aficionados a esto de las bicicletas clásicas en nuestro país siempre nos hemos sentido un poco huérfanos. El olvido, la desorganización y el desentendimiento de las grandes empresas por su propio pasado era poco menos que frustrante. Hasta aquí todas han actuado igual, pero hay algo que diferencia a Orbea. Son los únicos que quieren recuperar su pasado, y para ello me han brindado la oportunidad de restaurar las bicicletas de que disponen, lo cual como os podéis imaginar me ha hecho una ilusión enorme.
Creo que hay mucha valentía en el hecho de aceptar los propios errores e intentar enmendarlos.
El mismo
Jokin Díez me ha comentado la idea de que aquel que sepa algo sobre Orbea y sus submarcas puede compartirlo con ellos. Puede que Orbea haya perdido sus documentos y registros, pero su historia no se puede perder, está allí, en la calle, en la gente que ha vivido esas bicis, en un país que ha crecido con ellas.
Así que hoy, aprovechando que mañana se celebra un triatlón en Barcelona he ido a ver a Jokin...
Estaba liadísimo y cuando finalmente he podido hablar con él he descubierto a alguien sincero, a quien le gusta su trabajo y la empresa con la que trabaja. Hemos mantenido una larga e interesante charla y yo al menos he quedado muy satisfecho.
Le he regalado una camiseta con una Orbea clásica... Yo creo que le ha hecho ilusión!
Pronto pondré a la venta este y diseños de dos marcas más.
Esta es la primera de las bicicletas que voy a restaurar para ellos.
Un modelo de niña, calculo que de los 50 o 60... Todo un reto!
El sillín está bastante bien!
Los cromados hace tiempo que desaparecieron, pero las pegatinas aguantan a pesar de tener unos cincuenta años
Si hay un paraíso de los restauradores de bicicletas hoy estoy flotando en el...